«Cosas de negros, negocios de blancos»

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Roberto Zurbano Torres: crítico cultural y militante antirracista

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A.A.: Las innumerables investigaciones realizadas en Cuba sobre marginalidad, movilidad social, reproducción de la pobreza asociada al color de la piel señalan brechas e indicadores preocupantes. Desde tu condición de intelectual y activista afrocubano, que durante tres décadas ha estudiado las diferentes desarticulaciones, tensiones y dinámicas que atraviesan al campo cubano de las negritudes, me gustaría que conversáramos sobre estas problemáticas relacionada con la equidad y la justicia racial.

Te propongo comenzar por una pregunta que quizás debería ser la última. ¿Cómo están afectando a la población no blanca el fenómeno de la pandemia, las medidas de reordenamiento económico y el recrudecimiento del bloqueo estadounidense?

R.Z: La población no blanca, como la defines, ha sido muy afectada. Para decirlo con propiedad: ha empeorado su situación, no solo por las últimas inclemencias económico-sanitarias; sino por la falta de una mirada crítica y autocrítica del gobierno a la situación racial en Cuba y la incomprensión política de los sujetos. No olvides que antes era prohibido abordar el tema racial. Te castigaban o convertían en un muerto civil. Los ejemplos abundan, pero solo mencionaré a Walterio Carbonell.

Esa subestimación de lo racial generó una desatención que se naturalizó en la misma medida que era un tema peligroso para el debate público. Así se perdió el significado político de las cuestiones raciales y las subjetividades negras fueron lanzadas al pasado, al folklore y a un concepto de cultura vacío de complejidad y futuridad. Este proceso, que trato de resumir brevemente, provocó un tratamiento sub-diferenciado a la población no blanca, particularmente a esa mayoría escasa de recursos materiales.

Si lo ves fríamente, durante la pandemia la gente negra tuvo los mismos tratamientos médicos y vacunas que los demás, pero… no siempre pudieron quedarse en sus casas, ahora más hacinados que nunca, dependientes de un mercado informal o de salarios muy bajos. Quiero decir, luego que sales del hospital, ¿hacia dónde vas? Y ¿cuáles son las condiciones que encuentras allí?

¡Ah, pero tales condiciones no son culpa del caotizador reordenamiento ni del recrudecido bloqueo, porque surgieron muchísimo antes de la pandemia, generadas por la desatención gubernamental que, tras los sucesos del 11J, se trata de reducir en los llamados barrios vulnerables, cuya demografía indica una mayoría negra y mestiza.

Aun así, no pretendo obviar la pandemia, el reordenamiento ni el bloqueo, solo indicar que estos vienen a formar parte de un paisaje más antiguo y complejo, donde se reproduce la subestimación político-racial, la emigración interna y la creciente pobreza.

En ese contexto, la pandemia afectó más a esta población negra, por las desventajas que creó el desamparo durante tanto tiempo. Toda ayuda que llegue a estos barrios será bien recibida. Ojalá que el fundamento del apoyo no se limite a la cuestión material, sino que también ayude a transformar los sujetos e identidades, su estima y entorno sociocultural.

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Walterio Carbonell

¿Consideras que los intelectuales, artistas, proyectos-grupos, activistas comunitarios, líderes y lideresas inscritos en el campo cubano de las negritudes han tomado conciencia de estas brechas de equidad y reproducción de la pobreza que afecta a la población negra, o se trata de una problemática no visibilizada lo suficiente? ¿Cuáles son los principales diagnósticos y demandas que aprecias en este sentido?

El activismo antirracista cubano adolece de una visión histórica sobre esfuerzos antirracistas anteriores. Bregamos con visiones unilaterales de poco calado y acciones que no articulan lo que realmente significa ser negro en un país heredero del esclavismo, el republicanismo y la actual crisis del socialismo. Vivimos en medio del Caribe, doblemente aislados, por el mar y por una cultura eurocéntrica, cuyo proceso de blanqueamiento aún se recicla impunemente, no solo en lo cultural y demográfico.

Es raro ver una familia negra que enseñe orgullo o conciencia racial a sus hijos. Eso produce un vacío en su identidad personal y social que afecta su autoestima y le obliga, constantemente, a integrarse a ese contexto eurocéntrico donde lo blanco y europeo está cada vez más sobrevalorado, poseen instituciones propias y promueven sus legados y sus conexiones actuales sin problemas. No es el caso de la historia social del negro en Cuba, cuyas instituciones han desafiado devaluaciones, acusaciones y hasta desaparición.

En los cabildos afrocubanos, sindicatos, partidos y sociedades negras, desde el siglo XVII hasta el largo siglo XX cubano, siempre hubo consciencia de la desigualdad y opresiones que afectaban la población negra. Nunca fue una problemática invisible. Ya en el siglo XIX una intelectualidad negra, en sus propias publicaciones periódicas, denuncia la desigualdad racial y propone resolverla de diversos modos.

En este siglo XXI han surgido varios proyectos antirracistas —sociales, religiosos, educativos, culturales, políticos, feministas, etc.— que expresan las demandas de un grupo social discriminado. Tal discriminación ha sido directa o sutil, consciente o inconsciente, visible o invisible; pero discriminación al fin. Nuestros políticos tardaron mucho en reconocer: primero, que existe racismo en Cuba. Segundo, que el antirracismo tiene un significado político e histórico en nuestras vidas y luchas sociales.

Y tercero, lo insuficiente del reconocimiento social y la participación de este grupo racial en los principales temas de la agenda nacional. Eso no se logra únicamente con la representación, sino con la participación y el respeto a los derechos, el conocimiento, legado, diálogo y consenso con dicho grupo social.

Mas, siendo autocríticos, tampoco hemos sido eficientes en hacer que se reconozcan nuestros aportes y nuestro rol como ciudadanos en el ejercicio de derechos. «Cosas de negros, negocios de blanco», es un proverbio con el que mi abuela Enriqueta ilustraba cómo, frecuentemente, dejamos que otros decidan por nosotros: la manera de promover nuestra cultura, organizar nuestras religiones, debatir nuestros conceptos, de emanciparnos, y el modo en que nos integramos a una cultura nacional donde el lugar de lo afro y lo negro continúa siendo instrumentalizado, marginalizado y, sobre todo, aplazado una y otra vez.

A lo largo de su historia, la comunidad afrocubana desarrolló modelos de asociación y resistencia (cabildos, cofradías, sociedades de color, clubes, etc) que le permitieron no solo preservar sus saberes ancestrales y ayudar a negro/as y mulato/as a salir, económica y socialmente, adelante. Como expresión de esta misma voluntad germinó un corpus de textos de pensadores afrocubanos que reflexionan sobre la situación socio-económica de negros y mulatos y su empoderamiento

¿Qué impacto podría tener la reivindicación de aquellas experiencias y de otras zonas de nuestra memoria colectiva en el desarrollo de estrategias que, desde la sociedad civil, ayuden a revertir esta inequidad?

Te repito: es casi imposible que se puedan reivindicar experiencias anteriores a 1959, sobre todo porque nadie las conoce: no se publican ni estudian sus libros y columnas periodísticas. Los pensadores negros antirracistas cubanos son grandes desconocidos a quienes no se dedican tesis universitarias ni homenajes; y no por la falta de profundidad en sus obras.

Esta invisibilización o borradura de nuestra historia no es casual y muestra el blanqueamiento del pensamiento social cubano. Si no, ¿por qué son tan desconocidas figuras como Sandalio Junco, Alberto Arredondo, Damasa Jova, Gustavo Urrutia, Salvador García Agüero, Carlos Moore, Walterio Carbonell, o Juan F. Benemelis? Nuestra memoria colectiva ha sido mutilada con un tajazo discriminatorio al enorme legado antirracista cubano, ojalá esta frase no parezca radical o exagerada a los editores; pero dudo que tengan una definición mejor.

Me parece clave refrescar este legado de activismo antirracista, estudiarlo y quizás, hasta aplicar muchas de sus ideas. Estamos en el siglo XXI, claro, pero esa acumulación cultural permitiría pensarnos mejor, evaluar lo que funcionó y lo que no, encontrar valores ocultos y coincidencias en ideas que hoy nos parecen nuevas, pero en realidad han sido fijas en la historia de nuestro grupo racial, como la idea de los afro-emprendimientos, que tiene más de un siglo en Cuba.  

En ese patrimonio antirracista hay una fuente de ideas y experiencias que fracasaron o triunfaron en su momento. Debemos renovar o desarrollar otros modos de emancipación social que transformen la actual situación racial. Algunas podrían convertirse en políticas públicas si se trabajan con inteligencia. Es un gran desafío.

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Debemos renovar o desarrollar otros modos de emancipación social que transformen la actual situación racial. (Foto: Twitter)

¿Cómo son posibles estos indicadores y diagnósticos, a pesar de las políticas y legislaciones dictadas por la Revolución desde su llegada al poder que decretaron el fin de la discriminación racial y del racismo antinegro?

La Revolución, quizás ingenuamente, consideró que solo las medidas universalistas de los años sesenta eran suficientes para transformar a todos los sectores sociales: tres leyes de Reforma Agraria, una de Reforma Urbana, la Campaña de Alfabetización y la creación de organizaciones como la FMC o la ANAP beneficiaron a campesinos, mujeres, pobres y analfabetos.

Fueron acciones afirmativas que decidieron la movilidad social de dichos sectores. Pero, aun dentro de ellos, comprobarás cómo la población negra tuvo otros obstáculos que impidieron su «salto» como grupo. Como sabes, sobran estudios, comparaciones y estadísticas sobre esta «diferencia» o problema social.

Las variables raciales fueron expulsadas de la política y las ciencias después de aquellos textos y discursos que, a partir de 1962, decretaron el fin del racismo en Cuba. Y se hizo el gran silencio. Fue un vacío conceptual que generó distorsiones, incomprensiones y represiones sobre la legitimidad de la cuestión racial en la construcción de la nueva sociedad.

La ausencia de este debate y su subestimación política no permitió un flujo natural de ideas o propuestas sobre el tema racial. Únicamente fue y es atendible como parte del conflicto ideológico del diferendo Cuba-EE. UU.; fuera de ese universo todo se reduce, se aplaza y se subordina a otras cuestiones.

Por eso el activismo antirracista ha sido tan marginalizado, perseguido y coaptado. Y eso explica que el tema aún no logre insertarse, con acciones prácticas y conceptuales, en la agenda nacional. No solo es una cuestión local, sino regional y transnacional que seguimos cargando como pesada cruz en la espalda de la gente que más la sufre.

¿Cuánto pudiera ayudar el Programa Nacional Contra el Racismo y la Discriminación Racial en la implementación de acciones que favorezcan a la población afrodescendiente?

Este Programa Nacional, anunciado hace dos años y medio, lo entiendo como la estrategia o política racial que durante seis décadas faltó para complementar las medidas universalistas (salud, vivienda, educación, etc.) que se tomaron en los sesenta. La gran ausente fue una política racial que, finalmente, nos exige su lugar en el debate sobre la nación y su futuridad: reconocimiento y redistribución ha sido la pareja dialéctica que se ha impuesto en todas partes, también en Cuba.

Por suerte, ya hay suficientes investigaciones y resultados científicos como para iniciar una transformación real de la situación racial en Cuba. El activismo identificó y denunció el problema hace cuatro décadas, y en las últimas de ellas la Academia generó suficientes herramientas y diagnósticos. Solo faltan las políticas, las leyes y la aplicación de ambas.

Pero, ¡ojo!: para que este tipo de programa funcione deben ser convocadas todas las fuerzas emancipatorias y antirracistas de la sociedad en función de una tarea muy compleja. Sin una real articulación de estas fuerzas, conciencia y conocimiento de las problemáticas raciales en Cuba, más una voluntad política y económica que las priorice, será imposible obtener buenos resultados.

La cantidad de reuniones, comisiones, diagnósticos y spots publicitarios no determina el resultado del Programa si no expresan críticamente las necesidades de una población negra disminuida en sus derechos. Experiencias anteriores enseñan que una Comisión puede convertirse en un juguete que hace perder tiempo, energías y la oportunidad de construir un modelo social antirracista en la región.

Por otro lado, estemos atentos a la recomposición burguesa que viene estimulando en Cuba un fundamentalismo discriminatorio, no solo religioso. Hay fuerzas reaccionarias gestando el enriquecimiento de ciertos sectores poco interesados en la calidad de vida de otros sectores crecientemente empobrecidos, donde los negros siguen siendo mayoría. Esta simple realidad, ¿te parece exagerada?

Tomo un par de ejemplos: La construcción de viviendas para el pueblo vs. los hoteles de corporaciones poco dadas a la transparencia estatal, así como la permisibilidad con que los nuevos capitalistas generan nuevas opresiones y exclusiones para sus trabajadores y clientes.   

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Hay fuerzas reaccionarias gestando el enriquecimiento de ciertos sectores poco interesados en la calidad de vida de otros sectores crecientemente empobrecidos, donde los negros siguen siendo mayoría. (Foto: Cibercuba)

¿Cómo diseñar entonces políticas públicas, acciones afirmativas desde la perspectiva de las afro-reparaciones y la justicia racial? ¿Qué experiencias existen en comunidades afrodescendientes en América Latina y el Caribe que puedan ser de utilidad al escenario cubano?

Hay muchas experiencias en toda Latinoamérica: sectoriales, comunitarias, culturales, feministas, legales, de micro y macropolítica. Son ganancias de largas luchas, debates, diálogos y consensos de las comunidades afro, la sociedad civil, la academia y los políticos. Hasta las constituciones se erigen espacios en función de reducir la discriminación, combatir el racismo y luchar por la igualdad.

Han sido duras estas batallas y en medio de ellas siempre se intentó dividir las fuerzas antirracistas con métodos de una mezquindad inimaginable. Es un viejo ardid que nos acompaña desde la esclavización y que no siempre sabemos advertir y enfrentar con ética e inteligencia. No voy a precisar cuáles de esas experiencias pueden servirnos o no, teniendo en cuenta que el racismo es el mismo pero los contextos son diferentes y los modos de permisibilidad y visibilidad también han cambiado mucho en los últimos veinte años.

Siempre me llamó la atención como Lula logró instrumentar en Brasil un Ministerio o Secretaria de Estado por la Igualdad Racial (SEPIR), y aunque fue insuficiente, habrá que revisar ciertos fallos estructurales y errores estratégicos que allí incidieron. Luego, la experiencia avanzada de Uruguay es increíble, aunque no perfecta. En Colombia ha sido muy difícil, pero muestra sus logros gracias a la coherencia, resistencia y brillantez de muchos líderes entregados hasta la muerte a la tarea antirracista, ligada a otras opresiones.

Sucede que los puntos de partida no son los mismos y no siempre es bueno compararse, como frecuentemente se hace en Cuba respecto a Estados Unidos. Recuerdo que en los noventa, muchos críticos del antirracismo cubano nos acusaban de copiar a los afronorteamericanos. Claro, si desconoces la tradición antirracista cubana, anterior a la afroamericana, puedes terminar copiando.

Y lo peor es que, como vivimos de espaldas al Caribe, obviamos la fuerte tradición caribeña, desde el surgimiento de los cimarrones en Surinam, pasando por la Revolución haitiana, el sindicalismo anglocaribeño hasta llegar al impacto de la diáspora caribeña en los EE.UU. Sin que haya que dejar de admirar a los grandes pensadores negros norteamericanos, casi todos hijos o nietos de caribeños.

Toda esa tradición ha de ser tomada en cuenta, Alberto, y también cada esfuerzo del activismo antirracista de los últimos treinta años en Cuba, pues abrió, y profundiza aún, otros caminos. Sobre las afro-reparaciones, hay discursos de Fidel y Raúl Castro, fuera de Cuba, apoyando esa estrategia, pero ningún funcionario cubano los ha replicado y es un tema medio fantasmal.

Sé que es muy difícil adentrarse en ese debate; pero nos toca. Hablar de justicia racial en Cuba es un tema incómodo, que termina acusando a los negros de desagradecidos. Lo más difícil ha sido luchar contra un pensamiento colonial de izquierda; es el peor de los colonialismos porque resulta incapaz de reconocerse como tal y genera una actitud defensiva y cerrada que no permite los diálogos y aprendizajes necesarios.

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Sobre las afro-reparaciones, hay discursos de Fidel y Raúl Castro, fuera de Cuba, apoyando esa estrategia, pero ningún funcionario cubano los ha replicado y es un tema medio fantasmal. (Foto: Cibercuba)

Una de las carencias que frustra muchas de las iniciativas, acciones y proyectos destinados al empoderamiento de la población afrodescendiente en Cuba, es la relacionada con los financiamientos. Carecemos de las prácticas para buscar esos fondos y, por otra parte, no creo que exista en las agencias europeas una sensibilidad hacia la comunidad afrodescendiente. ¿Cómo lidiar con esta situación?

Hace diez años publiqué un texto que titulé «Doce dificultades para enfrentar al (neo) racismo» (Rev Universidad de La Habana, no. 273, 2012) y no me queda otra opción que glosarlo. La pobreza negra es una de las evidencias más contundentes de la asimetría estructural que caracteriza a una sociedad donde las desigualdades tienen color. Este grupo racial desconoce la acumulación de capitales y patrimonios. No hay costumbre de manejar fondos, créditos u otros modos de financiamiento.

Dicha incapacidad o desconocimiento visceral que tenemos como grupo social sobre la cuestión económica, viene de una real desposesión: fuimos saqueados hasta de nuestra condición humana, así que: ¿de qué patrimonio podemos hablar? Las relaciones económicas son relaciones de poder, ejercicios de salón y de fuerzas entrenadas, son herramientas de clases dominantes que comparten dichas relaciones solo entre ellas. No te olvides que en nuestra islita también padecemos nuestra propia colonialidad.

Lidiar con tal dificultad es una de las claves de nuestra emancipación socio-racial. Se necesitan entrenamientos, becas, créditos y apoyo sistemático. Es otra puerta que debemos abrir en Cuba. Muchas organizaciones y organismos internacionales han entendido este fenómeno y diseñan estrategias para ello. Es uno de los puntos más complejos de las afro-reparaciones.

No siempre el estado o el gobierno van a cubrir los déficits de tipo económico, tecnológico, etc. La sociedad civil ha de jugar su papel a través de organizaciones e instituciones propias, con tareas muy específicas —a veces técnicas, otras veces tácticas—, para la emancipación real de este grupo social.

Las políticas de redistribución social y acciones afirmativas, aunque no se reconozcan en nuestro contexto con dichos términos, son estrategias definitorias en lo económico. Después del 2011, Año internacional de los Afrodescendientes, logramos que la ONU declarara en el 2015 un Decenio Internacional.

Y a pesar de que perdimos cinco años en una discusión bizantina sobre el termino afrodescendiente, casi al final de este período comienzan aparecer algunas políticas para la reparación e inclusión de nuestra gente. En fin, se trata de un gran desafío, no solo de la población negra, sino de toda la nación. El antirracismo no es una lucha cerrada por unos pocos derechos para una sola parte de la población, sino que trata de alcanzar, o al menos luchar, por toda la justicia. Y todo parece indicar que estamos solo en mitad del camino.

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32 COMENTARIOS

  1. La discriminación empieza por llamar a un cubano «afrocubano», cada vez que veo ese termino, copiado del no menos aberrante afroamericano, siento que no quiero seguir leyendo lo que viene detrás.Considero que en los últimos 60 años ha habido oportunidades de superación por igual para todos, no es cuestión del color de la piel el haberlas aprovechado o no, también la pésima situación actual es la misma para todos los cubanos, dividirnos en afrocubanos, eurocubanos (por que simplemente blancos, pongámonos nombretes todos), no es la mejor solución para salir de la crisis actual, ni resolver los problemas de los grupos mas vulnerables donde hay personas de todos los colores.

    • Hay una estadística que muestra que si existe un racismo estructural cubano. Los «no blancos» son menos del 30% en las universidades y más del 90% en las prisiones. La igualdad de oportunidades que usted menciona es una falacia. Si su familia no puede pagar un repasador o no le da importancia, es poco probable que un alumno llegue a la universidad actualmente. Y como se partió de un inicio donde las familias negras tenían menos educación/dinero, eso se ha reproducido y hasta amplificado.

      • Jose Ramon yo estudie en Cuba en los 60 y 70 y no es menos cierto que muchas familias negras (y muchas blancas también) partieron con total desventaja en cuanto a nivel educacional y posibilidades, pero las escuelas y universidades han estado abiertas para todos sin distinción de raza, es esos tiempos no existían repasadores y mucho menos pagados, si las estadisticas son las que Ud dice busquen las causas en otra parte pero no en las posibilidades que durante décadas se han ofrecido, yo conozco una familia donde el padre era estibador en el puerto con 4 hijos viviendo en una cuarteria y todos sus hijos terminaron la universidad, no, las posibilidades han existido y si Ud prefirió la carcel a la universidad es su elección. Igualmente se podría hablar del racismo en el deporte cubano porque el % de negros es, por mucho, superior al de blancos pero la cosa no va por ahí.

  2. Nuestro héroe nacional José Martí nos enseñó que » Hombre es más que Negro, más que Blanco, más que Mulato, dígase Hombre y se habrá dicho todo «

    • Marti entendio la necesidad de unificar a los Cubanos, como dijo el, de uno y otro color, para lograr una cuba independiente y soberana, pero su esfuerzo por lograrlo no fue suficiente. La realidad es como la describe, magistralmente, el Sr. Abreu. Mi conciencia sobre el tema, joven blanco habanero comenzo en los anos 60 cuando trabde amistad con otros jovenes negros cercanos a Walterio Carbonell y otros como Alberto Pedro, Romulo Lachantere, atraves de los cuales entre en conocimiento de un mundo, del cual nada conocia y que era parte esencial de Cuba, pero que permanecia oculto no solo para mi sino tambien para la sciedad blanca cubana. Pero los esfueros de estos intelectuales negros jovenes, fue reprimido porque, en esa epoca, despertaban a la lucha por sud derechos los negros en los Estados Unidos y el PCC (Ramon carneado) quien se ocupaba en el CC de el tema insinuo que el movimiento de estos jovenes intelectuales era solo un suerte de mimetismo que no tenia lugar en Cuna, donde la Revolucion le habia restituido los derechos a la poblacion negra. Y ya vemos una de la causas del 7?11.

      • Estudié con blancos,negros, jabaos y hasta chinos; nunca observé un apice de descriminacion por el color de la piel. Sin embargo los regionalismos muchas veces estaban a la orden del día. La educación debe de empezar en nuestras casas, quizás por ese motivo no descrimino a nadie.

    • Entonces Marti era racista pues no incluyo a las mujeres. Y ahora con la cantidad de generos que hay? Hay que ser inclusivo 😀

      • Carlos me parece que este comentario de Martí se refiere a una disputa que hubo entre Antonio Maceo y Flor Crombet. Saludos.

      • Hombre viene del latín «homo» que no significa hombre sino persona. Para hombre, el latín usa la palabra «vir» de dónde se deriva viril.

        En español el significado de «homo» evolucionó de «persona» a «hombre». Sin embargo, se mantiene el significado original de persona en algunas ocasiones como es el caso de la frase de Martí. Pensemos además en el adjetivo derivado «humano» que se refiere tanto a hombres como mujeres.

      • Realmente leer esta entrevista es como pasar un postgrado de las tantas cosas que se necesitan conocer. Muestras nuestras realidades duras y los intentos de reparación con el tema. Siempre me gusta ante las críticas ir encontrando que no estamos tan terrible y que se destaque un poco más lo que se ha ido logrando aunque sea poquito. Somos muchos los que en años estamos haciendo intentos por revertir realidades y animaría si se ponen como ejemplo. Así se siente que no estamos arando en el mar.
        Felicidades por las preguntas y por las respuestas!!

  3. » A lo largo de su historia, la comunidad afrocubana desarrolló modelos de asociación y resistencia (cabildos, cofradías, sociedades de color, clubes, etc) que le permitieron no solo preservar sus saberes ancestrales y ayudar a negro/as y mulato/as a salir, económica y socialmente, adelante.» La introducción forzosa en Cuba del Patrón Social Estalinista (tan extranjerizo como la música de Los Beatles), ha hecho grandes daños a la consolidación de la nacionalidad cubana, y no son los negros los únicos perjudicados, sino la sociedad en conjunto. Los procesos por medio de los cuales una sociedad es equilibrada, son largos y tortuosos, y no se resuelven conque alguien diga: «Aquí terminó ésto, y allí comienza aquello,» tampoco los decretos bastan. Lo que sí deben tratar de conseguir los activistas negros -para empezar-, es que los negros estudien en las universidades; cuando yo vivía en Cuba pocos lo hacían.

  4. El racismo cubano es esencialmente duro desde los mismos afrodescendientes.
    Que constituyan el grueso de la población llamada vulnerable 60 años después de que las oportunidades de estudio y desarrollo en sociedad fueran igualitarias es un indicador de que simplemente desaprovecharon esas oportunidades.
    Que dediquen considerables recursos financieros y de tiempo a sus cada vez más onerosas religiones ancestrales indica que hay un tema cultural que los margina a sí mismos.
    Que el grueso de los delincuentes violentos sean afrodescendientes demuestra que sus códigos de convivencia social estan afectados desde siempre.
    Que los y las coleras sean mayoritariamente oscuros de piel solo enseña que no ha habido cambios serios en sus mentalidades pragmáticas.
    Que el sueño dorado de cualquier afrodescendiente sea justamente amancebarse con alguien de pelo dorado no es racismo impuesto, es racismo endógeno.
    Que la cantidad de musicos, deportistas y desempleados dentro de esa población es marcada comparado con los profesionales técnicos e intelectuales negros es indiscutible.
    Que la fuerza de choque policial y militar cubana sea de tez oscura mayoritariamente indica que la busqueda de poder personal desde lo represivo prima en sus mentes.
    Que todo esto que he escrito es una diatriba racista extrema es verdad, tal y como es el contenido. Por un país mestizo.

      • AMILCAR
        Creo que el asunto que se trata es muy serio. No estoy de acuerdo con algunas afirmaciones, pero lo asimilo dentro de un contexto general.Parece mentira y es inacptable que este riguroso debate el señor Aldo se aparezca con esas frases cargadas de un racismo visceral. Me lo imagino dando latigazos en los cañaverales del siglo XIX, pero actualmente solo podrá tener el látigo en el bolsillo,porque la fuerza de las ideas se lo pueden arrebatar.

    • Otro comentario, probablemente racista:
      Sesenta años después de que la Revolucion abriera iguales oportunidades para todos.
      Cuarenta años después de que, como cuenta una verosímil leyenda urbana, el color de la piel determinara quien sería el primer y único cosmonauta cubano.
      Veinte años despues de que las Direcciones de Cuadros de los Ministerios, comenzaran a priorizar el requisito del color de la piel para nombrar un dirigente, según el por ciento mínimo que el Consejo de Estado obligó a respetar.
      Cualquier cantidad de años después de que los orígenes africanos de la nacion, en detrimento de los españoles, fueran publicitado al extremo en los medios cubanos.
      Todo ese tiempo despues:
      -Los boxeadores y músicos siguen siendo negros, igual que en 1958. Los cirujanos y abogados, siguen siendo blancos igual que….en 1958.
      – Una señora de piel blanca denuncia en Tribuna de La Habana, que fue amenazada y obligada a abandonar una cola en la tienda Carlos III, por un grupo violento de coleros al grito «Fuera blanquitas de aqui»
      – Los peloteros cubanos de grandes ligas hacen un álbum de fotos navideñas con sus familias donde TODAS las esposas son blancas y rubias, lo que produce el comentario jocoso pero revelador de: ¡que j….están las negras en Cuba!
      No es solo un problema de políticas y oportunidades, hay algo más que se nos escapa en el análisis.

  5. el racismo no se acaba porque el propio estado es racista, ejemplo vivido: En 2019 fui seleccionado para laborar en una entidad de nueva creación donde se hizo una selección curricular, en el que al parecer fui escogido,como profesional, sin menospreciarme a mi mismo, luego me enteré e incluso constaté documentalmente en la entidad que existe una politica de empoderamiento hacia el negro, joven o mujer. En ese mismo momento me di cuenta que de no haber sido por eso no hubiera entrado a trabajar, lo que constaté porque gracias a esa indicación el NEPOTISMO no pudo hacer de las suyas. Soy negro, profesional, con superación acedémica-profesional, con experencia y asún así me sentí un bicho raro cuando descubro que en el centro de trabajo de marras era el único negro. En lo particular no creo en las casualidades, soy santiaguero y mi ciudad es mayoritariamente mestiza y negra. AL PAN PAN Y AL VINO, VINO, aunque sea mi experiencia no dudo que el estigma racial esté arraigado, para colmo he viviso aunque no sufrido la experiencia de que el negro no solo debe saber, sino tiene que demostrarlo como si ser negro per se es una desventaja cultural, Hay otras historias pero basta con una.

  6. se cae la habana, pero siguen construyendo hoteles, quisiera ver yo en el manifiesto baldio aquel del asalto al cuartel cuando se quisieron vestir de estadistas y propusieron un plan para cuba y todas las cosas buenas que iban a hacer y resulta que no cumplieron NADA de lo que tanto prometieron, si hoy fuesen a proponer algo asi que dirian, porque al menos la destruccion de la habana es obra de ellos, de cabo a rabo. 60 annos en el poder, que verguenza, todavia se atrevian a llamar a pinochet dictador, si ellos son peor, son una dinastia, una familia real.

  7. Una monstruosa caravana de emigrantes mexicanos, Centroamericanos e incluso cubanos se dirigen hacia los Estados Unidos de América. Que casualidad que de la nada surge una caravana emulando con la Cumbre de las Américas. ¿ Quién estará detrás de la organización de esa descomunal marcha. ?

  8. Ya hay racismo cuando al referirse a los negros lo hacen como NO blancos o afrodescendientes, el que así se expresa piensa que está mal llamar a un ser humano negro, pero no ve mal que llamar a otro ser humano blanco. No tiene la misma connotación en una cola decir: voy detrás de la rubia de la blusa azul que decir voy detrás de la negra de la blusa azul, el primer caso no se considera racismo, en el segundo si.
    Negros y blancos son iguales pero viven diferentes y eso parece bastar, en mi barrio no se entremezclan la juventud blanca y la juventud negra, no los unen afinidades ni intereses comunes, no son enemigos pero tampoco amigos.
    Con el racismo cubano la sangre no llega al rió. Se circunscribe en saber quién fue el que tiró la tiza
    Los líderes de la revolución generalmente provenían de burguesas familias blancas y adineras. Actualmente la mayoría de los que conforman el gobierno y demás altos funcionarios son blancos(as) con parejas blancos(as) con yernos blancos, nueras blancas que les dan descendencia blanca ¿Significa algo eso?
    Aldo (10: 08) lo dice claro y fuerte, estoy de acuerdo con lo que expresa, parece descarnado pero lo veo exactamente así
    Creo que al final de su vida el blanco vivió mejor que el negro, pero el negro se divirtió más que el blanco.

  9. Lo que expresó Aldo no es racismo, simplemente dice lo que ve y así lo veo yo también.
    Racismo velado es llamar a los negros gente de color o no blanco o afro descendiente. Si al blanco se le dice blanco entonces por qué considerar malo llamar al negro, negro.
    En la Cuba posterior al 59 si hubo discriminación a blancos para favorecer a negros buscando balance racial, que lo determinante para una promoción laboral sea el color de la piel si es racismo.
    Los negros optaron por el deporte y la música, los blancos por las universidades.
    Es cuestión de cómo se quiere vivir la vida. Ni unos ni otros pueden obligar a vivirla según criterios particulares.
    En mi barrio que es mi mundo, los negros tienen peores condiciones de vida, sus viviendas son las únicas que no tienen cisternas, sus familias son mas más disfuncionales, son los que tienen más hijos de padres ausentes, creo que así lo han querido, dinero les entra, revenden y además juegan fuertes sumas de dinero ganando inmensidades pero no lo invierten en mejorar las condiciones de vida, al paso de los años se les cae encima la casa y claman por ayuda estatal, se acogen a lo que dijo Raúl que en Cuba nadie se quedará desamparado.
    Ninguno de los negros de mi barrio ha emigrado, los adultos no tienen trabajo estable, ya hay muchachas jóvenes con varios hijos de padres distintos, en los juegos callejeros entremezclados negritos descalzos y blanquitos calzados. A los blancos de mi barrio los ves con javitas de comida que guapean para su familia a los negros los ves con el vasito de ron. Los negros de mi barrio viven de los blancos porque son los coleros guaposos que al final tienen que comprarle la mercancía a sobreprecio.
    Hay médicos, profesores que no aplican para una ayuda estatal para mejorar donde viven agregados. Eso es discriminación.
    No es racismo de mi parte es lo que hay, lo digo con palabras directas.. Con las mismas opciones cada cual escogió la que entendió.
    Carlos Acosta, Sotomayor, Yarisley Silva, las Morenas del Caribe, Ana Fidelia, Chucho Valdés, negros y negras que optaron por el camino más difícil, ahora son orgullo de Cuba. No es problema de color de la piel.
    Eso es lo que veo, comprendo no debe ver lo mismo que el que vive en Miramar o Siboney.

    • Yo creo que negros y blancos no somos iguales. Somos diferentes. Como son diferentes los chinos o los gitanos, que también forman las células madres de la nacionalidad. Pero uno no es mejor que otro, solo diferentes, que no es lo mismo.
      Excluir es injusto, pero tampoco es justo que se escoja un cuadro por el color de la piel, porque al crear esa oportunidad en la sociedad se está quizas siendo injusto con un individuo y se compromete el mejor resultado del cargo. Establecer esas palancas tampoco lo veo positivo.
      Ahí tenemos un Presidente de la AN, con un historial político amplio, representativo del balance de razas, pero que no puede expresarse con calidad. No porque sea negro carece de habilidades oratorias, pero si parece cierto que permanece en el cargo por ser negro.
      Lo importante y a nuestro alcance es crear oportunidades iguales para todos.
      Ya despues, como cada cual aproveche esa oportunidad y la forma en que se integre a la sociedad, la historia futura dirá.

  10. Si dos hermanos pueden ser muy diferentes entre si, como no serlo personas de razas diferentes ?.Si un ser humano puede sentirse mejor con sus amigos que con su familia, que tiene que ver que se sienta mejor con jente de su raza?. Es su eleccion.
    Las personas de diferentes razas tienen rasgos y caracter definidos en la mayoria de los casos.
    Racismo es tratar de fingir olvidar las diferencias. Racismo es no reconocerlas.
    Todos debemos tener al empezar las mismas oportunidades que dependeran del dinero, la familia y el esfuerzo individual de cada uno pero la meta debe establecerce individualmente y no por terceros.
    Conozco muchas personas de raza negra, las cuales no se sienten a gusto entre gente de su raza por su diferencia con ellas.Hasta me confesaron que se sienten a veces rechazados por otros negros de distintos objetivos y comportamiento. Conozco a gente blanca que renuncio a su identidad.
    Reconocer las diferencias y aceptarlas, es lo mejor que puede hacerse y sera lo que mas puede ayudar a las personas a creer unos en los otros sin dejar de observar las diferencias de cada cual.

  11. El racismo en Cuba existe y ha existido por más de 500 años. Los españoles crearon en Cuba, un sistema de castas y una estructura piramidal, donde en la cima de la pirámide, se encuentran los europeos blancos y de ojos azules, seguido por los criollos que están en el poder y en la base se encuentran los negros. Esta estructura piramidal todavía se mantiene intacta en la actualidad, como parte del atavismo filogenico de la blanquitud y el culto a la acromia que heredamos de los españoles.

  12. En primer lugar felicito el trabajo, entrevistado, entrevistador. Creo además ser divulgado nacionalmente ya que enriquecería el debate nacional. Es evidente que hay evidentes puntos racista consecuencia de ese colonialismo intelectual y práctico q subyace en todos y que muchas veces y no siempre de mala fe hemos querido tapar el sol con un dedo. Si me interesaría particularmente opinar sobre el tema de los colegios y su color porque lo he leído varias veces y me parece no hay en muchas de las críticas profundidad, y en esas opiniones hay mucho racismo dado qué obvian en el análisis que si esas personas están allí es en sentido general porque en el reordenamiento económico les ha tocado la peor parte y muchos son resultados de las condiciones de desigualdad presentes en décadas en nuestra sociedad. Y quiénes son los que le compran a ellos las mercancías ? Las personas invisibles ? La respuesta estaría en gran parte en esta magnífica entrevista que ha dado magistral pie a nuestro debate. Gracias a todos aprendo de todos.

  13. ¨Se necesitan entrenamientos, becas, créditos y apoyo sistemático. Es otra puerta que debemos abrir en Cuba. Muchas organizaciones y organismos internacionales han entendido este fenómeno y diseñan estrategias para ello. Es uno de los puntos más complejos de las afro-reparaciones.

    No siempre el estado o el gobierno van a cubrir los déficits de tipo económico, tecnológico, etc. La sociedad civil ha de jugar su papel a través de organizaciones e instituciones propias, con tareas muy específicas —a veces técnicas, otras veces tácticas—, para la emancipación real de este grupo social.¨

    Esta parte me encanta, eso de becas y entrenamientos por parte de organizaciones internacionales para afro-repararnos es genial.

  14. Roberto Zurbano es un gran intelectual, respetado internacionalmente. Un placer leer esta entrevista y aprender un poco más de la historia de Cuba. A las personas que comentan, por favor, más humildad, más empatía.

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Alberto Abreu Arcia
Alberto Abreu Arcia
Intelectual y activista social

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