Nelda Castillo: «Todo arte es político y disidente»

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La maestra Nelda Castillo (1953) cumplió recientemente setenta años de edad, aunque no se ha dado cuenta. Desde 1981, cuando comenzó como corista y comediante en el Teatro Musical de La Habana, después junto con Flora Lauten en el grupo Buendía y a partir de 1996 frente a su propia formación teatral El Ciervo Encantado, no ha dejado de trabajar y de crear.

Conversamos en la sede actual de su agrupación, con capacidad para cerca de cien personas. Nos acompaña la actriz Mariela Brito, fundadora también de El Ciervo y protagonista de varias obras como Variedades Galiano, Departures, Rapsodia para el mulo, Triunfadela, ¡Guan melón! ¡Tu melón! o Cubalandia. Desde El Ciervo Mariela se ha convertido en una de las actrices más respetadas de Cuba.

Cada respuesta de Nelda va acompañada de una profunda reflexión. Maneja con sutileza la sátira y la ironía. Sabe sortear la pregunta incómoda y de entrevistada pasa a entrevistadora con una facilidad pícara.

Cree en el poder del cuerpo, ama a los animales, la actuación, la pedagogía, la historia de Cuba y por encima de todo, ama a Cuba. Difícil sería a estas alturas, no creer en sus palabras.

Nelda Castillo
Cortesía de El Ciervo Encantado

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«Tú tienes que atrapar el ahora»

Dicen que después de los cincuenta años, las personas se vuelven un poco nostálgicas, ¿le sucede eso?

La problemática es que apenas me entero que tengo setenta. (Se Ríe). Es un problema de espíritu. Me sorprenden los años: ¿tengo setenta? ¿Cómo llegué hasta aquí? Lo que pasa es yo siempre he estado trabajando de manera vertiginosa, intensa y he descubierto objetivos esenciales: la creación de mi propio grupo y el camino de perseguir la memoria de Cuba. En ese estado de encantamiento espiritual han pasado los años y no me he dado cuenta.

Y para el teatro cubano…

Es que yo no siento que hago teatro, nunca he montado una obra de teatro, y no conecto con la manera tradicional de lo que se conoce como teatro formalmente. He hecho una obra más performática, más hacia las artes visuales, me siento cómoda en esa frontera borrosa. También en lo que respecta al concepto y a la idea de grupo que me interesa, que nada tiene que ver con la compañía o los proyectos efímeros que se organizan para un trabajo y luego desaparecen. Para mí es fundamental trabajar con un equipo pequeño donde todos tengamos, en primer lugar, el mismo nivel de compromiso con los temas y con la existencia y sobrevivencia concreta del grupo, que todo el mundo entienda por qué y para qué hacemos esto o aquello.

Lo que pasa es que ese concepto de grupo se ha ido moviendo. Las circunstancias y la lucha por la sobrevivencia han modificado ese ideal de grupo, y he tenido que adaptarme sin perder lo esencial. Por ejemplo, yo entrenaba a mis actores diariamente horas y horas, y eso poco a poco se ha ido perdiendo. Por un lado, está la tendencia de hacer todo rápido y fácil, y por otro la vida está muy difícil y las nuevas generaciones en parte por lo primero no se someten a un proceso de investigación largo y profundo porque necesitan resultados con celeridad, y también lo segundo tiene un gran peso, hay una realidad que les demanda mucho tiempo y energías para sostenerse en lo básico.

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Obra Triunfadela / Tomada de El Ciervo Encantado

¿No es una idea demasiado absoluta?

¡Es así! En su gran mayoría las personas no se someten —o no pueden someterse— a ese tipo de entrega y compromiso, de entrenamiento, con una voluntad diaria, y no hablo solo del contexto cubano. Por eso he tenido que cambiar las estrategias y los actores que entran a trabajar conmigo. Ahora los entreno de manera específica, en función de la obra que estemos trabajando, no ya de forma total como en los inicios.

El uso de las tecnologías también influye…

Todo eso, más la estampida de la gente que se va. Entonces la necesidad de cambiar las estrategias es imprescindible para seguir adelante. Un ejemplo de eso es relacionarme más con los artistas visuales, los músicos, artistas de otras disciplinas e interactuar. El que no cambia, se estanca, como decía Severo Sarduy[1]. Todo ello sin perder la esencia, sin perder nuestra voz, nuestra imagen, nuestra expresión.

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Obra El último / Tomada de Perfil de Facebook de El Ciervo Encantado

Si continúa esa fuga de actores ¿desaparecería El Ciervo Encantado?

El Ciervo puede desparecer de muchas maneras. (Se Ríe). Ha tenido muchos obstáculos, de diferentes formas, pero yo no sé, no puedo pensar en perspectiva. Tú tienes que atrapar el ahora, con lo que tienes y sin perder tu propósito.

Antes, para entrar en el Ciervo, había que pasar por el entramiento de Un elefante ocupa mucho espacio una obra que tiene las bases creativas, espirituales, corporales, de lo que debe ser un actor y un grupo para mí. Había que pasar como cinco entrenamientos de todo tipo: el piso, la libertad del cuerpo, de la mente… Exponerse y conectar con el espacio, contigo, con los objetos, con los demás actores, etc… Y que eso se vuelva un todo orgánico, una segunda naturaleza de base para entrar en otros territorios y niveles de expresión más complejos.

Antes yo decía que mi obra es el actor. Después que yo trabajo con él y logra ese contacto consigo mismo, es un actor soñado. Sin embargo, tuve que variar esa premisa y adaptarme, porque los tiempos cambian.

Nelda Castillo
Nelda Castillo / Cortesía de El Ciervo Encantado

El Ciervo es como un laboratorio, ¿cierto?

Sí, la imagen de un laboratorio es fascinante, un lugar donde lo más importante son los procesos y los resultados siempre son un descubrimiento, un lugar donde no se busca, sino se encuentra, y ese encuentro es glorioso, por pequeñito que sea. Luego, la posibilidad de compartir lo descubierto con los demás es un lujo.

Detrás de nuestros performances en escena, nuestras intervenciones públicas y todo lo que hacemos en El Ciervo, incluido el intercambio con otros grupos y artistas, hay un mundo de investigación, y sobre todo de decantación, que es muy importante, porque eso que se decanta es lo que sostiene y da densidad al resultado, el público no lo ve, pero lo siente, y en nosotros queda como aprendizaje.

Por supuesto que en un laboratorio también puede haber explosiones, accidentes, y material de desecho, pero eso también sirve para crecer. Siempre le digo a mis actores que el trabajo nunca se pierde.

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Obra La ecuación de Mifflin / Tomada de OnCuba

Haciendo balance, ¿no era preferible quedarse como actriz antes de entrar en toda esta «locura»?

A mí me gusta más la actuación, sí, me realizo profundamente actuando. Pero durante mis años en el grupo Buendía mis compañeros me seguían. Se me ocurría una analogía y ellos me apoyaban, como una especie de liderazgo, un pandillerismo que viene de mi infancia.

Me gustaba hacer la propuesta y montarla. Poco a poco me fui convirtiendo en asistente de dirección de Flora Lauten. Algo muy característico en ella es dar libertad a sus actores y en mí fue creciendo y se fue desarrollando esa capacidad de soñar, de imaginarme la escena y montársela a los demás. Pero como actriz llegó el punto en que necesitaba hacer otras cosas, ser más conducida que dirigida, y obviamente comencé a practicar esa idea de la dirección con mis compañeros, y por ahí me fui realizando y decantando sin darme cuenta hacia la dirección.

No obstante, hice trabajos como actriz con Flora que me transformaron profundamente, y eso es un tesoro no solo para mi carrera, sino para mi vida. En particular, un personaje que me sigue acompañando es El Chivo de «Las perlas de tu boca».

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Nelda Castillo y Mariela Brito en Guan Melón!! Tu Melón!! / Cortesía de El Ciervo Encantado

¿Se quedó con la añoranza de hacer más obras del teatro clásico, de Virgilio Piñera, por ejemplo?

Si tu supieras que yo me gradué con Flora haciendo Electra Garrigó y no fue algo disfrutable. A mí no me gusta Virgilio como dramaturgo. Eso sí, me gustan sus cuentos, su poesía, pero no su teatro, no le encuentro gancho para mí. Aunque también puede ser con que no conecto con la dramaturgia teatral para hacer mis obras. Me siento más libre y motivada con la narrativa, la poesía, el ensayo, las artes visuales, etc. Partir de un caos para descubrir un orden otro, nuevo, sin precedentes, que nos sorprenda en sus relaciones.

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«Todo arte es político»

El grupo se fundó en 1996, años difíciles…

Empecé desde un salto al vacío. Buendía era uno de los grupos más reconocidos que había en Cuba. En los noventa viajábamos mucho, por lo general tres veces al año. Y pasábamos largas temporadas fuera de Cuba, lo cual era un privilegio dado el estado de depauperación que tenía el país.

Pero necesitaba regenerarme artísticamente, estaba perdiendo el tiempo y como actriz me sentía estancada.

Entonces di ese salto mortal e inicié de cero mi propio grupo con algunos estudiantes del ISA que había formado y así, con cuatro jóvenes inexpertos y sin sede ni proyecto aprobado me lancé a la aventura de El Ciervo Encantado.

Fue un inicio muy difícil, pero muy vivo. Empezamos precariamente y estuvimos vagando por distintos lugares de la ciudad hasta que encontramos un almacén, un basurero en el ISA, en 1997. Allí nos metimos sin corriente, sin baño y así comenzamos. En ese espacio caluroso, insalubre y mágico nació y creció El Ciervo.

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Obra Un elefante ocupa mucho espacio / Tomada de El Ciervo Encantado

Hay personas que asocian al grupo con un discurso incómodo sobre temas sociales en Cuba, ¿qué piensa sobre esto?

Es incómodo, pero no solamente porque pueda tratar temas sociales candentes, también por la manera inquietante de expresar, la forma y la cualidad energética en que nuestra obra se comunica con el espectador, y viceversa.

El público que está acostumbrado a ver un teatro tradicional y viene por vez primera al Ciervo recibe una sorpresa en principio formal, y luego está la relación sensorial y orgánica con la obra, que es siempre intensa. Eso supone una incomodidad, un esfuerzo, pero que resulta interesante, pues en la mayoría de los casos el espectador que conecta con nuestra forma de hacer comienza a necesitarla y vuelve una y otra vez.

Ahora otra cosa es el tema, ¿puede ser incómodo?, ¿para quién? Hay muchos niveles de incomodidad. Y si es en cuanto a lo político pues todo arte es político y disidente, es parte de su naturaleza, enfocar hacia zonas conflictivas y dar luz sobre ellas.

Cubalandia / Tomada de El Ciervo Encantado
Obra Cubalandia / Tomada de El Ciervo Encantado

A propósito, en los últimos meses el grupo ha estado en medio de algunas polémicas como la no exhibición del documental La Habana de Fito, de Juan Pin Vilar. ¿Qué sucedió exactamente?

Desde que estábamos en el ISA nosotros llevamos una estrecha relación con artistas de distintas disciplinas. Y para nosotros es natural intercambiar y poner a disposición nuestros espacios a artistas de todos los ámbitos. De hecho, tenemos desde hace muchos años La Cátedra del performer, un espacio de formación, intercambio y presentación para artistas fundamentalmente jóvenes que encuentran aquí la posibilidad de practicar y exponer sus trabajos y experimentos. También es un espacio que recibe y promueve la obra de artistas o proyectos que encuentran dificultades para ser programados en los circuitos establecidos.

Siempre informamos lo que vamos a poner, pero nunca hemos pedido permiso. Consideramos que, además de que nuestro grupo tiene una experiencia y un prestigio suficiente como para que se tenga confianza en lo que ponemos aquí en cuanto a calidad se refiere, también somos de la opinión de que es un espacio público al cual, siempre y cuando tenga calidad, tienen derechos artistas de otras manifestaciones vinculados o no a las instituciones, cuyas propuestas son obviamente pasadas por una curaduría rigurosa y responsable de nuestra parte.

En esta ocasión hicimos el mismo recorrido con quince días de antelación. Informamos el programa y luego publicamos la promoción en las redes.

El día antes de la presentación nos comunican desde la dirección del Consejo Nacional de Artes las Escénicas que no se pueden poner las obras propuestas para sábado y domingo porque no fueron aprobadas, ¿aprobadas por quién?, no sé. Y lo que considero más inadmisible es que no nos dieron ninguna explicación del porqué de la negativa.

La conclusión en lo que a nosotros respecta es que, a partir de ahora, tenemos que respetar las normas establecidas para estos casos. O sea, no podemos programar por nuestra cuenta sin los permisos correspondientes que otorga la institución a la que pertenecemos: el Consejo Nacional de las Artes Escénicas.

¿Cree que a partir de ahora pasará algo parecido con sus obras?

Esto empieza ahora, veremos y mediremos hasta qué punto podemos seguir trabajando con determinadas condiciones. Vamos a ver. Si ese permiso nos impide la expresión ¿qué puede pasar?, no sé, pero hay límites y límites para nosotros.

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Tomada del perfil del Facebook de El Ciervo Encantado

En medio de todo esto fue removido de su cargo el presidente del ICAIC, ¿qué opina al respecto?

A mí me parece que las destituciones siguen siendo como botar el colchón. Lo destituyen, pero ponen a otro que seguirá las mismas políticas. Y creo que son estas últimas las que hay que revisar y remover. Y por supuesto que las personas que dirijan las instituciones tengan que ver con el arte y la cultura, que entiendan y sobre todo sientan cuál es el sentido de su posición y defendernos, no dejar pasar el rayo.

Por último, ¿qué es para usted la memoria?

En primera instancia, la memoria no es la historia. La historia la escriben los triunfadores, pero la memoria es lo que está almacenado en el cuerpo del ser humano y esa es nuestra búsqueda: que aflore del cuerpo del cubano su memoria, no lo que nos enseñaron en la escuela, en los libros de historia, ni lo que nos inculcaron los «maestros».

Buscar en el cuerpo, donde están todas las huellas y heridas de la vida. El cuerpo es el que sufre y acumula el daño, las epifanías o las glorias.

Nelda Castillo / Cortesía de El Ciervo Encantado
Nelda Castillo / Cortesía de El Ciervo Encantado

[1] El Ciervo Encantado llevó a escena la obra Pájaros de la playa, basada en la novela homónima de Severo Sarduy (1937-1993). Se trata de un ritual de la memoria estrenado en agosto del 2001 en la sede que tuvo El Ciervo Encantado en la Facultad de Artes Plásticas del Instituto Superior de Arte. En 2002, la obra obtuvo los Premios La Avellaneda de Puesta en Escena, Diseño Teatral y Actuación de Conjunto en el Festival Nacional de Teatro de Camagüey y en 2007, los Grand Prix a la Mejor Producción y la Mejor Actuación del Festival Internacional de Teatro de Mount Laurier, Québec.

4 COMENTARIOS

    • El Arte ? en muchos de los casos lo llevan por los caminos de la manipulación política.
      El Arte , como tal, debe de ser libre como el viento.

  1. Hola Nelda.

    Elenita Lauzurique me mandó esta entrevista tuya.

    Te sigo queriendo igual que siempre.

    Un abrazo sin fin, Javier Herrera Cabrera

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