¿Abolicionismo o sindicalización?: Rutas de la prostitución en Latinoamérica y Cuba

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¿El trabajo sexual femenino existe porque un varón se cree en el derecho de pagar por una mujer como mismo paga por un producto? ¿Quien se prostituye lo hace porque entiende su cuerpo como una mercancía? Los motivos, tanto para abolir el trabajo sexual femenino como para legitimarlo, están en constante debate. Los argumentos discurren entre otorgarle estatus legal y sindicalizarlo —como derecho de las mujeres a decidir por su cuerpo—; hasta regularlo y establecer políticas para extinguir una problemática que incita a la explotación sexual y amplía las brechas de género.

En primer lugar, desde el punto de vista léxico existen tres conceptos que suelen tratarse como sinónimos, pero no lo son: trabajo sexual, trata y sexo transaccional. Un buen punto de partida es la mirada de Deborah Daich acerca de la prostitución como fenómeno heterogéneo y con diversos comportamientos, que se complejiza principalmente por condiciones históricas y culturales. Para la autora, el mercado y el contexto social determinan la manera en que se manifiesta el fenómeno.

Algunas corrientes radicales del feminismo entienden la prostitución en su forma histórica, como una relación abusiva, violenta y esclava, en la cual la mujer es víctima de un hombre. El proxenetismo se vincula a la trata y existe, entre otras condiciones, porque la prostitución no tiene respaldo legal y se desarrolla en contextos clandestinos y peligrosos donde la persona que ejerce el trabajo sexual requiere protección.

Asimismo, las situaciones de pobreza y vulnerabilidad son variables importantes para que muchas mujeres lleguen a la prostitución en condiciones de engaño, obligación o bajo la necesidad de generar ingresos para sostener su vida.

En contraste, el enfoque de trabajo sexual comprende el derecho, no solo a ejercer esta actividad en un marco de tolerancia jurídica, sino el de la jubilación y el aporte social. Quienes se autoperciben como trabajadoras sexuales defienden su labor como una actividad autónoma que requiere amparo legislativo y estatal.

También en los últimos tiempos se ha dado a conocer el término sexo transaccional, que define la práctica del coito a cambio de objetos, dinero o privilegios. La denominación se emplea para evitar estigmas y prejuicios, sin embargo, no contempla el carácter laboral que defienden las trabajadoras independientes.

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Quienes se autoperciben como trabajadoras sexuales defienden su labor como una actividad autónoma que requiere amparo legislativo y estatal. (Foto: ADN Cuba)

Putas feministas durante la cacería de brujas

De acuerdo con el Observatorio de Igualdad de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), las cifras de la trata y la prostitución son imprecisas debido la naturaleza clandestina y la variación en sus modalidades. Sin embargo, de forma paralela, en varios países de la región se han creado redes que articulan el trabajo sexual y realizan mapeos e informes de la situación de las trabajadoras sexuales latinoamericanas.

Para develar las circunstancias que condicionan el trabajo sexual en la mayoría de los casos, conversamos con Georgina Orellano, secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR), quien reconoce que muchas trabajadoras sexuales salieron a las calles por necesidad económica y por ser una vía de ganancia expedita. La activista señala que actualmente es una elección hacia la cual exigen amparo legal y respeto, sin desconocer las condiciones violentas y de desventaja por las que llegaron a ejercer.

Desde el sindicato AMMAR, sito en la Casa Roja en el barrio porteño de Constitución (Argentina), las putas feministas —como se autodenominan— ofrecen asistencia integral a personas que realizan trabajo sexual en la ciudad de Buenos Aires.

En la sede se estableció un comedor social y una escuela primaria para trabajadoras que no culminaron estudios; además, se gestionan exámenes médicos periódicos, y se brindan capacitaciones y acompañamiento a víctimas de algún tipo de violencia. Allí, las sindicalistas ofrecen información a sus pares, quienes son asesoradas por profesionales de Ciencias Sociales y abogados que sirven de puente entre las trabajadoras y las oficinas de trámites.

Las trabajadoras sexuales brasileñas también tienen un largo recorrido a favor de la legalización de la prostitución. Se reunieron por primera vez en la década de los 80 del siglo pasado, gracias a Gabriela Leite (1951-2013) —escritora, presidenta de la organización no gubernamental Davida y ex estudiante de sociología de la Universidad de São Paulo—. Esto facilitó que en el 2002, la Guía Brasileña de Ocupaciones, del Ministerio de Trabajo de Brasil, reconociese al profesional del sexo.

Más adelante, en el año 2012, el congresista Jean Wyllys, del Partido Socialismo e Liberdade do Estado do Rio de Janeiro, presentó el proyecto de ley 4.211/12 para regular la actividad de las trabajadoras sexuales. La iniciativa fue rechazada luego de una contienda encabezada por el diputado de derecha, Francisco Eurico, quien consideró la mercantilización del cuerpo femenino como una de las formas más bárbaras de la opresión, por lo que, según su lógica, legalizar las casas de prostitución no ayudaría a las mujeres.

Por otro lado, quienes concuerdan con Wyllys, consideran que la marginación de las personas que se ocupan del trabajo sexual es el principal factor que conduce a la explotación. No interesa tanto proteger a la prostituta de clase media, sino al proletariado de la prostitución que depende de casas y explotadores sexuales. Se sostiene que políticas antipunitivistas limitarían la explotación del cuerpo femenino, dando a las mujeres la posibilidad de decidir sobre este, sus tiempos, sus ganancias y los modos en los que realizan su trabajo.

En el área de América Latina y el Caribe, gran número de naciones no penalizan la prostitución libre; sin embargo, no reconocen el trabajo sexual y en muchas ocasiones persiguen a quienes se dedican a ello. En casos como Colombia, Perú y Guatemala incluso cuentan con sindicatos de trabajadoras sexuales inscritos, pero, ¿por qué continúan las violencias? El estigma hacia la trabajadora sexual es una de las causas, que se entrecruza con la limitación de la actividad de espacios públicos, lo cual da lugar a que los agentes del orden multen o conduzcan a la estación a una mujer, solo por suponer que busca clientes en la calle.

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gran número de naciones no penalizan la prostitución libre. (Foto: Jaime Llera / La Prensa)

Políticas públicas y legalización del trabajo sexual en Cuba

El trabajo sexual tampoco es ilegal en Cuba. La Ley 151/2022, correspondiente al Código Penal vigente, no sanciona la prostitución, mientras se centra en la trata y el proxenetismo. Este apartado fue agregado por primera vez en el Código Penal a partir de la aprobación del Decreto-Ley 175 de 1997, y hasta la fecha no se advierten grandes modificaciones. Sin embargo, la norma sanciona a las personas que incurran en el proxenetismo y otras formas de explotación sexual, y considera una agravante hacerlo aprovechándose de las condicionantes de género que pudieran tener las víctimas.

Con el triunfo de la Revolución se aplicaron medidas orientadas a erradicar la prostitución como vestigio de las relaciones de dominación capitalista. No obstante, como se reconoce en un artículo de la revista Sexología y Sociedad, a partir de la crisis de los 90, aumentó considerablemente la cantidad de mujeres que ejercieron esta actividad como opción de sustento para su familia y, en no pocas ocasiones, de manera paralela a otros empleos. En el mencionado despunte, todas aquellas que realizaban trabajo sexual con turistas fueron denominadas popularmente como jineteras, en adición, en el imaginario social se impuso como patrón de éxito emigrar tras conseguir el afecto de un extranjero.

Si bien las leyes cubanas no criminalizan directamente la prostitución, como pasa en buena parte de LATAM, quienes la ejercen no han escapado de otras figuras jurídicas penalizantes como la de «peligrosidad predelictiva» —afortunadamente eliminada en el reciente Código Penal— que permitía a las autoridades aplicar medidas reeducativas a quienes consideraban individuos antisociales.

A pesar del mencionado avance, aún es inexistente un instrumento legal que garantice los derechos de quienes ejercen el trabajo sexual, por tanto, es urgente la construcción de una estructura con función orientadora y protectora. Que una mujer se empodere también radica en que tenga el derecho de decidir la actividad mediante la cual quiere sostenerse económicamente, desde el respeto y el autocuidado. La estigmatización colectiva y jurídica es el principal impedimento que les permite denunciar y protegerse de posibles chantajes de proxenetas y agentes del orden, u otras formas de violencia que pudieran ejercer sus clientes o la sociedad en general.

¿Qué se necesita hacer en Cuba para acompañar a las trabajadoras sexuales? En primer lugar, que el sistema respete su trabajo. Las organizaciones políticas y de masas en el país, sobre todo la Federación de Mujeres Cubanas, en lugar de intentar hacerlas desistir de su oficio, deben facilitar espacios para la orientación, educación y acompañamiento ante situaciones de violencia; así como impulsar normas que saquen al trabajo sexual del régimen clandestino. Asimismo, urge facilitar el acceso a métodos de protección ante enfermedades de transmisión sexual y anticonceptivos.

Otro avance sería generar alianzas para conectar con espacios de militancia en la región, como la Red de Mujeres Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y El Caribe. También deberían fomentarse los estudios sociales, en los que las experiencias de estas mujeres no se analicen desde narrativas revictimizantes, sino que contribuyan a verlas como entes activos en estos procesos. Unido a esto, publicar estadísticas de encuestas nacionales e internacionales que saquen a la luz el estado actual del fenómeno social para una mejor toma de decisiones.

Por último, las personas que no nos dedicamos al trabajo sexual no podemos decidir por ellas, pero sí podemos luchar y contribuir a que no sean violentadas y trabajen en entornos seguros.

31 COMENTARIOS

  1. Excelente artículo. Felicitaciones.
    Cada vez se analiza más el gran tema del trabajo sexual.
    Algo que encuentro como carencia en caso todos los análisis es que presuponen que el trabajo sexual lo hacen sólo las mujeres y lo consumen sólo los hombres.
    La realidad, casa vez más es que las hombres consumen trabajo sexual de mujeres pero también de hombres.
    Igual las mujeres, consumen trabajo sexual de hombres y de mujeres.
    Las sociedades se complejizan, los prejuicios caen lentamente y las prácticas sociales cambian y hoy se naturaliza y acepta y promueve lo que ayer se prohibía y perseguía.

    • Las mujeres no necesitan pagarle a un hombre para que estén con ellas a no ser que estén buscando algo muy especial o que carecieran de la figura que les provocara deseos sexuales a los hombres, además de que les sobrara el dinero y de que lo estuvieran adquiriendo de una manera fácil. Las mujeres quieren pensar que el hombre que quiera estar con ellas es porque creen que se van a dar gusto revolcándose en una cama. Es sabido de mujeres europeas de la tercera edad que van de «turistas» a algunos puntos de África que son conocidos como lugares en los que se concentran jovenzuelos que desean mujeres blancas caritativas, empezando regalando migajas y luego con envío mensuales de dinero una vez que regresan. La idea con la que ellas se ayudan sexualmente es que por ser «blancas» inspiran sexualmente a los jovenzuelos africanos independientemente de que tuvieran 60 o 70 años y muchas arrugas.

  2. Si las muchachas se dejan dirigir, organizar y proteger por entidades del Estado en cuba las veo mal.
    Van a terminar como los medicos.

  3. Existen muchas formas en las que las personas se prostituyen, y la peor de todas es cuando uno se le rinde a un estado omnipotente; eso es justamente lo que han hecho la inmensa mayorías de los cubanos, o al menos los que siendo consciente de ello no han visto otra salida que seguir un juego de hipocresía y de simulación para evitar que el estado proxeneta nos castigue por rebeldía.
    En relación a esa idea generalizada de prostitución en la que mujeres ofrecen su cuerpo -casi siempre durante un breve tiempo- para producirle una eyaculación a un cliente que sabe que si no es pagando difícilmente se encuentre a unas mujeres que busquen el sexo solo por placer -las que se aprovechan de esa situación social-, pues si bien no es un oficio que pudiera bendecirse, al menos tampoco lo es como para ser recriminarlo. Después de todo no se están cayendo a golpes entre ellos en un cuadrilátero; solo se le está dando calor y fricción a un pene, sea dentro del orificio de una vagina o sea dentro del orificio de una garganta; luego entonces yo no veo lo horroroso que pueda haber en eso.
    Lo peor que puede sucederle a una prostituta es que con el tiempo le resulte sumamente difícil poder amar a un hombre. O sea, se pierden de disfrutar un sentimiento que sea salido de algo natural o sea salido de una construcción social, el caso es que el amor y sus pasiones se siguen proyectando como algo bueno… hasta ahora. Después de haber estado con tantos hombres y haberse introducido tantos penes de diferente tamaños,
    se hace muy difícil para una mujer que ha experimentado eso el poder amar a un hombre. Y no creo que esa sea la preocupación de la llamada Federación de Mujeres Cubanas; lo que menos le interesaría a la FMC es ver a mujeres felices y enamoradas en una relación con un hombre.

      • …las lesbianas? Bueno aunque yo me considero una lesbiana (ya se aceptan los hombres lesbianas) prefiero no hablar de mí misma por cuanto todavía existen muchos prejuicios como para ser creído. Hay muchas lesbianas nacidas con vulva que se oponen a la idea de que existen lesbianas nacidas con pene. Y usted: nació con pene, con vulva y cómo se identifica sexualmente?

  4. Al paso que van tendrán que crear el Ministerio de la Prostitución, ya ese mal corroe la Isla y sus cayos adyacentes. Que dirá la señora Mariela Castro Espin de todo esto, se adaptará a la competencia del oficio más antiguo de la sociedad humana. Debemos estar pendientes pues en ese sistema cualquier cosa, por inverosímil que sea, puede suceder

    • Acaso usted piensa que a esa señora le gustaría que las mujeres solo por su propio placer carnal tuvieran sexo con los hombres? O sea, usted cree que esa señora desearía que las mujeres no usaran las necesidades sexuales de los hombres para explotarlos, tentándolos con sus encantos ofrecidos a cambio de dinero? Pues yo no creo que así sea. Lo que sin la menor duda a esa señora sí le disgustaría es que miles de mujeres fueran ninfomaníacas insaciables en el sexo (o sea, que en vez de prostitutas, fueran mujeres que estuvieran caminando por las calles o concentradas en algunos lugares esperando por hombres que quisieran estar con ellas solo por placer), así como se nota en muchas personas del sexo masculino que se pasan la noche «pescando» carne para el placer sexual buscando saciar unos deseos que son difíciles de conformarlos.

  5. Estoy en muchas cosas de acuerdo con Raul Sobrino, es peor que se caigan a golpes en un cuadrilatero ( y moralmente es incluso peor que se reunan hombres a ver el espectaculo de como mujeres se caen a golpes )

    Tambien el asunto de desvincular el sexo de su funcion de vehiculo del amor es lamentable.

    Ha habido intentos de regularizar el trabajo sexual femenino. Uno de los escollos donde tropieza el intento es que una vez legalizado hay que fiscalizarlo. Las prostitutas deben rendir cuenta del numero de transacciones realizadas, es decir, literalmente, con cuantos hombres han tenido sexo e incluso declarar la actividad realizada puesto que cada una tiene distinta tarifa ( coito regular, oral, anal, etc ). Esto resulta normalmente excesivo para los legisladores. Sin contar que las propias prostitutas prefieren no pagar impuestos ( prefieren de chulo a un hombre de carne y hueso que al Estado, que al final tambien las explotara, sin darle siquiera el placer que muchas prostitutas encuentran en someterse a ‘su macho’ .. )

    Por supuesto esta cuestion de ser explotadas por los clientes-hombres es anodina. Habria que ver quien explota a quien en la transaccion. Ademas, muchos hombres quisieran tener la oportunidad de explotar sexualmente su cuerpo para salir de la pobreza como pueden hacer las mujeres.

    El articulo y algun comentador aqui pasa por alto olimpicamente la cuestion moral. Alguno habla de prejuicios. La sociedad necesita prejuicios. Sin pre-juicios no hay juicios, y sin discernir mediante juicios la calidad humana de las personas es imposible la sociedad ( la sociedad libre al menos ). Pero es moda tomar a la moral como un fardo que estorba. Como quiera que sea, no van a impedir nunca que una puta sea tomada como una puta, en Grecia Antigua, en Japon y en Cuba. Como no van a lograr nunca que existan mujeres decentes. Eso nunca cambiara. Al pan, pan y al vino, vino. Y ningun padre que ame a su hija sera indiferente a que en el futuro se convierta en prostituta ( como tampoco en lesbiana ). Por mucho que presionen los activistas civiles y el Estado represor con sus leyes, eso no va a cambiar nunca.

    Habra por lo demas siempre mujeres que son libertinas y putas por naturaleza y eso tambien nunca cambiara. No es cuestion de lavarle la cara a la realidad. Todo tiene un precio. Si tu eres libre para prostituirte el resto tiene que ser libre tambien para opinar que eres una sucia mujerzuela y que no te quiere en tu casa mostrando tu ejemplo a las jovenes de la familia.

    No es cuestion de no ser open minded, de no tener mente abierta. Es cuestion de no tener la mente tan abierta que el cerebro se te salga y desparrame, como dijo hace años un periodista americano.

    Lo que es lamentable es que la pobreza material lleve a mujeres que no nacieron para prostituirse a hacerlo. Eso viene pasando en Cuba ya hace demasiados años. Como dijo Marti, ‘ la pobreza pasa, lo que no pasa es la deshora que con pretexto de la pobreza suelen echar los hombres sobre si’.

    Al final lo mejor que se puede hacer con la prostitucion es eliminar la necesidad de prostituirse ( que lo haga solo quien nacio para ello ) y no estar buscando tantas soluciones politicas a un asunto que es vaginal. En Cuba al contrario, como dice tambien Raul Sobrino, el Estado ha buscado prostituir con migajas a hombres y mujeres por mas de seis decadas. Y luego se ha tenido la afrenta de llamar a esa revolucion martiana.

    • Exactamente, Julio Miguel. El estado cubano es lo más parecido a una pandilla de proxenetas. Y los ciudadanos cubanos son lo más parecidos a unas prostitutas que están obligadas a callar sus quejas para evitar que sus «chulos» las repriman. Quizá no sea lo que el régimen quisiera. Pero desde el momento en que las personas son castigadas por incumplir contratos de trabajo en el exterior o bien por quejarse políticamente en el interior de la Isla, no importa las explicaciones que sean dadas, hay una gran semejanza entre ello y la trata de personas son esclavizarlas o que se aprovechan de ellas vendiéndose sexualmente.

      • Pense que con cierta nueva politica en los comentarios algunos como este no serian publicados, ahora resulta que soy prostituta.

      • No hay nada ofensivo en el mensaje de Raul Sobrino, Taran. No colaboremos con la censura. Habla metaforicamente de prostitucion politica al Estado, al cambiar la emision de la propia opinion por conveniencias.y por no buscarse problemas Yo tambien vivi mucho tiempo esa situacion y no me senti aludido. Un saludo.

      • Taran, no lo tome personalmente. Le pudo disculpas por cualquier cosa que haya dicho que le haya desagradado

      • Taran, para hacerle entender mejor le menciono que la gran mayoría de las las grandes corporaciones en los Estados Unidos y en todo el mundo se le han rendido a las reacciones que los grupos histéricos puedan tener si no los satisfacen con las m*m*d*s que les exigen. O sea, tienen que satisfacerlos o se arriesgarían a tener muchas pérdidas económicas (en las ventas de sus productos) por no complacerlos.

    • Julio Miguel, esa frase del «cerebro cayéndose» ha sido atribuida a muchos intelectuales, pero nunca a un periodista Americano. Muy habitualmente se le atribuye al físico Richard Feynman. Pero también se ha atribuido a Richard Dawkins, Carl Sagan, James Oberg, Bertrand Russell, J. Robert Oppenheimer, Virginia Gildersleeve, Harold T. Stone… La pista más antigua de esa frase llega a Max Radin, filólogo Norteamericano que textualmente escribió:»[Practical gentlemen] have a number of bitterly sarcastical comments on persons whose minds are so open that their brains fall out.» Eso fue en 1937.
      Na’, una pesadez mía…

      • Bueno Juan Quin Quin yo conoci la frase por el que fuera director del New York Times ( no exactamente periodista pero no pretendia ser tan exacto ) Arthur Hays Sulzberger quien dijo : Although I favor the open mind, I certainly do not advocate that the mind should be so open that the brains fall out. El no fue el primero que la dijo pues el mismo la atribuye a William Allan Neilson. De todas maneras gracias por la informacion.

  6. Faltó hablar de la prostitución masculina. Nuestros aguerridos pingueros son tan entusiastas como las jineteras. No sé ahora, pero hace pocos años, en el entorno de La Rampa, había mas de los primeros que de las segundas.

    • El que una mujer ofreczca su cuerpo por dinero es algo natural y comun en cualquier parte. Es su decision.
      La proteccion social y juridica es muy importante y debe establecerse para evitar la explotacion por parte de delincuentes que lucran con una actividad con la cual no tienen derecho a terciar y vemos como una mafia criminal se apodera del salario y lo diezma antes de darlo a la que lo gana ademas de mantenerlas en una situacion socialmente impropia de alguien que debe contar con los mismos derechos del resto de la Sociedad.
      Incluso propician la trata de infelices, enviandolas a paises donde el pago es superior al del pais de procedencia de las trabajadoras a las que retienen documentacion y sueldos obligandolas a vivir con una libertad muy limitada.

  7. El universo progre tratando de construir un mundo mejor a partir de utopias. La prostitución, ahora plenamente ejercida en todos las identidades sexuales (ya no sabemos ni cuantas son) siempre será un lunar, un mal difícil de regenerar, cualquiera que sea el nombre que se le endilgue o el eufemismo con que se quiera disfrazarla.
    Arroparla de ética, prestigio, no eliminará su estigma. Claro que requieren de protección ante abusos, amparo en su vejez o enfermedad, proteger a su descendencia si fuera imprescindible, ayudarles si quieren rehacer sus vidas, pero que no nos vendan un discurso de moral y ética. Todo en su lugar y todo sin pasar gato por liebre.

  8. Tema polémico. Si admitimos con el aborto el derecho de la mujer a hacer con su cuerpo lo que quiera, inmediatamente tenemos que admitir el derecho a prostituirse. Aún diría que el derecho al aborto es más difícil de defender porque no se trata del cuerpo de la mujer.

    Y, ojo, si negamos el derecho a la prostitución, negamos el derecho a la pornografía … y de paso nos cargamos la mitad de arte occidental, tan aficionado como es a la exhibición de desnudos hasta en la Capilla Sixtina del Vaticano. El arte occidental tiene un claro componente pornográfico. En las pinturas del mito de Leda y el Cisne hay una representación de bestialismo.

  9. Este debate iniciado en occidente nos oculta algo. La vocación estatolatrica de hacer objeto de la política (es decir de inmiscuían del poder) en el oficio mas viejo del mundo, encubre el meollo de los que, se supone, estamos discutiendo, el del impuesto, es decir el del lucro del Estado, como un segundo chulo por no decir al único, a costo de los servicios de la prostituida. El debate no obedece a otro objetivo que el de justificar la intromisión, una vez mas, de lo público en la cama del ciudadano. A ver quien es el guapo que, siguiendo la misma lógica intenta debatir sobre «abolicionismo» o sindicalización en la peor de las ventas corporales, casi tan antigua como la primera, la que hace el soldado, dispuesto a morir o matar, prostituido por su salario o simplemente forzado (en la mas cruel de las tratas) al servicio del estado.

  10. Tengo una curiosidad. Quien se va a ocupar de la atencion a las muchachas?. Sera nuestra otrora «graduada» de asistente de circulos infantiles devenida en sexologa y premiada como diputada, cuyo tio se refirio de forma burlona a las profesionales que adquirian un segundo empleo como modo de sobrevivencia?.

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Rita Karo
Rita Karo
Periodista cubana

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