Pierre Richard y Gene Wilder: ambos comediantes, interpretando personajes tiernos y vulnerables. Los dos contaron, en algunos de sus trabajos más logrados, con una contrafigura de calibre; además de actuar, los dos dirigieron alguna vez.
¿Todas las películas argentinas serán buenas, y, en ese caso, lo serán en razón de su nacionalidad? Entre una porteña y otra, digamos, colombiana o incluso noruega, ¿resultará sensato apostar a ciegas por la primera?
La sociedad de la nieve (sobre la caída de un avión en los Andes en 1972) va mucho más allá del morbo inherente a la antropofagia como recurso extremo de supervivencia (de hecho, hay muy poco de eso), para erigirse en un estudio de lo que nos convierte en humanos, de cómo se (re)construyen los lazos y reglas que nos permiten convivir, cómo y hasta qué punto nos necesitamos unos a otros.
Napoleon, de Ridley Scott, es como la vieja fórmula a base de aceite de hígado de bacalao: tiene algunos efectos positivos pero, decididamente, sabe a rayos.