Deporte: Transnacionalización, hegemonías difusas y Cuba en ese panorama

La realidad y preocupaciones que mantienen muchas de las principales cartas del movimiento deportivo cubano en sus agendas cotidianas, constituye un émbolo de presión añadida a sus niveles de concentración, rutinas de preparación y obtención de óptima forma deportiva

Getting your Trinity Audio player ready...

«Puedo aceptar el fracaso, todos fracasan en algo. Pero no puedo aceptar no intentarlo».

Michael Jordan

La imagen de frustración de los basquetbolistas de Estados Unidos (EE.UU.), y el saludo frío y carente de argumentos de Steve Kerr a su similar alemán Gordie Herbert, tras el partido semifinal del 8 de septiembre pasado en el que los teutones dominaron in extremis 113-111 a los norteños, quedará grabada en mi memoria.

La segunda semifinal del Mundial de baloncesto fue sin dudas otro episodio gris; otro tropiezo mundialista de un elenco de las barras y las estrellas conformado por talentos de la National Basketball Asociation (NBA); otro quiebre en la filosofía de juego colectivo, y una muestra más de que los procesos de transnacionalización en el deporte —especialmente en las disciplinas de equipo— han vuelto cada vez más difusas las líneas de las hegemonías.

Dennis Schroeder
El alemán Dennis Schroeder fue nombrado MVP del Mundial, tras guiar a su quinteto al primer título en estas lides. / Foto: FIBA

El pictograma mundialista entre encestes culminó con la coronación de Alemania en calidad de invicta, luego de ocho actos memorables y con Dennis Schroeder y Franz Wagner en calidad de galones de su armada. Dos jugadores que militan respectivamente en los Toronto Raptors y Orlando Magic de la NBA.

En su listado de inscripción mundialista, la armada teutona contaba con cuatro jugadores que militaban en la NBA y otro en la Liga Endesa de España, considerados los dos escenarios ligueros de mayor prestigio entre encestes. En esa cita del orbe, un total de 56 jugadores de las 32 naciones inscritas integraban las filas de algún elenco de la NBA; en tanto, otros 39 militaban en algún quinteto de la Liga Endesa.

Sin embargo, ni Estados Unidos con sus 12 exponentes, ni Australia con nueve de sus efectivos en la NBA, pudieron alzarse con la corona, lo que indica la disminución de las hegemonías y la heterogeneidad que marca ese proceso de transnacionalización deportiva en la actualidad.

La disminución de las hegemonías y la heterogeneidad que marca ese proceso de transnacionalización deportiva en la actualidad.

Ese suceso en el panorama de los encestes y los torneos clasificatorios de voleibol varonil rumbo a los Juegos Olímpicos de París 2024, emergieron como pie forzado para el desarrollo de estas líneas que se venían gestando desde el protagonismo de Wilfredo León y Melissa Vargas con Polonia y Turquía. En la final ante Serbia, Vargas se erigió con pletóricos 41 puntos; mientras León se adueñó del galardón de Jugador Más Valioso.

Wilfredo León voly
El cubano nacionalizado polaco Wilfredo León, es considerado la estrella de ese país y uno de los referentes del voly masculino a nivel mundial. Foto: TyC Sports

De la mano de ambos portentos del voleibol antillano, las dos naciones europeas signaron su clasificación a la cita bajo los cinco aros en la capital francesa.

Salvando las distancias, una situación similar a la de la armada de baloncesto estadounidense vivió recientemente nuestra selección masculina de voleibol. Si bien el plantel de la isla exhibió un performance de calidad en el preolímpico de Río de Janeiro, las derrotas ante los anfitriones brasileños y la revelación de Alemania, nuestra bestia negra desde hace más de un lustro en partidos o lides cruciales, les impidió acceder al ansiado boleto rumbo a París.

Justo ahí aflora uno de los puntos de inflexión de este análisis: la postura de las autoridades deportivas cubanas ante la conformación de selecciones nacionales con atletas que se han desarrollado en clubes de otras latitudes, fundamentalmente desligados del velo del lNDER.

La postura de las autoridades deportivas cubanas ante la conformación de selecciones nacionales

A esto se suma la asimilación y adaptación al creciente fenómeno de transnacionalización y mercantilización que rige la lucrativa industria del deporte en la actualidad.

Varios expertos coinciden en que para adquirir un nivel de élite mundial, una escuadra de una disciplina de conjunto necesita entre 6 y 8 años como promedio.

El Dream de baloncesto estadounidense que arrolló en las olimpiadas de Barcelona 1992,
El Dream de baloncesto estadounidense que arrolló en las olimpiadas de Barcelona 1992, marcó un punto de giro en el fenómeno de transnacionalización y profesionalización del deporte. Foto: Vice.com

En el entramado global, la irrupción del Dream Team de baloncesto de EE.UU. en el panorama olímpico en Barcelona 1992 constituyó una excepción de lujo, aunque ya el fútbol había abierto puertas a megaestrellas en las principales competiciones europeas, sin importar raza o procedencia.

En cuanto a las disciplinas colectivas en Cuba, disímiles variables han llevado a una constante inestabilidad en las plantillas de las principales selecciones nacionales, el desaceleramiento de ese ciclo natural evolutivo, y la pérdida de espacios de privilegio en los entornos centroamericano, panamericano y global:

1. La precariedad que padece la infraestructura deportiva cubana es reflejo de la crisis económica y de valores que vive la nación. Cabe recordar que disciplinas como el balonmano, el softbol, y el polo acuático llegaron a patentar su desarrollo en entornos provinciales, ajenos a los Centros Nacionales de Alto Rendimiento.

Sin embargo, las matrículas de esas y otras disciplinas se contrajeron de forma significativa y por períodos se ausentaron de las Escuelas de Iniciación Deportiva (EIDE), eslabón primario crucial en la llamada pirámide de formación.

A ello se suma la pobre remuneración que perciben los atletas, sean o no de las preselecciones nacionales, en medio de un crudo contexto inflacionario y con la responsabilidad en muchos casos de erigirse como una de las fuentes principales de sostén de sus respectivas familias.

2. Las lógicas de captación y formación de talento, fundamentalmente en regiones de difícil acceso, se distorsionaron hasta casi desaparecer en algunos casos. En correspondencia, lo que en su momento se consideraba una cantera y relevo sólidos, se debilitó resquebrajando incluso los preceptos de derecho y accesibilidad a todo el pueblo sobre los cuales se edificó el deporte en la Isla después del 1ro de enero de 1959.

Como ha sucedido en muchas ocasiones, las autoridades deportivas cubanas se abrieron tarde (política oficial aprobada por el INDER en septiembre del año 2013), y de manera peculiar a la contratación de deportistas a tono con su talento, en clubes de otras latitudes.

Si bien esta variante tuvo precedentes en el voleibol y el baloncesto en los ‘90 del pasado siglo, no fue hasta 2013 que se oficializó una directriz institucional bajo condicionantes que distan de los estándares universales, como la presencia de agentes individuales experimentados en la gestión y no Federaciones, que en ocasiones carecen de las herramientas jurídico-legales y del dominio de todos los elementos que gravitan en torno a la rúbrica de un contrato.

torneos domésticos Cuba
Los torneos domésticos, incluso los de mayor tradición como la Liga Superior de Baloncesto, carecen de infraestructura y recursos para su realización con calidad. Foto: ACN

3. La incapacidad de los torneos domésticos de brindar a los atletas un escenario de desarrollo y adquisición de herramientas de juego a la altura de su talento individual, que se expresa también en las exigencias de los distintos entornos de confrontación internacionales. Coloquemos de ejemplo las denominadas Ligas Élite de Balonmano, Polo Acuático y Voleibol que, en ocasiones, no llegaban a la veintena de partidos y en no pocos años cancelaron sus ediciones.

Con excepción del béisbol, el baloncesto y el fútbol, disciplinas que pudieron mantener a sangre y fuego sus torneos domésticos, el resto de los deportes de conjunto ha subsistido bajo constantes embates y recortes de diversa índole.

4. El distanciamiento en materia de saberes de los técnicos que mueven los hilos de estos deportes en los distintos niveles. Con la irrupción del nuevo milenio y los adelantos científicos y tecnológicos puestos en función del deporte, Cuba se ha quedado distanciada de los criterios contemporáneos. Los resultados de una selección determinada también pasan por el conocimiento y acierto de quienes mueven las riendas de su accionar, desde el cuerpo técnico hasta la tríada médica.

La destitución o renovación sucesiva de varios timoneles en selecciones nacionales de béisbol, voleibol, baloncesto y fútbol en el último lustro constituye un termómetro indiscutible.

5. La creciente ola migratoria de deportistas, la cual comprende un espectro mucho mayor de disciplinas y figuras de relieve, y en lo que va de año —y según las máximas autoridades del INDER— está fijada en más de 80  atletas, muchos de los cuales tenían compromisos directos con los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile,   y con el proceso de clasificación a los Juegos Olímpicos de París, según José Antonio Miranda, director de Alto Rendimiento del organismo.

La realidad y preocupaciones que mantienen muchas de las principales cartas del movimiento deportivo cubano en sus agendas cotidianas, constituye un émbolo de presión añadida a sus niveles de concentración, rutinas de preparación y obtención de óptima forma deportiva, de cara a una competición puntual.

selección nacional deporte Cuba
El béisbol es la disciplina más golpeada por el fenómeno de transnacionalización, sin que muchas de las estrellas en activo hayan podido representar nuevamente a una selección nacional. Foto: AlBat.com

6. La falta de acierto de las máximas autoridades de la Isla en la negociación o concertación para reincorporar a las selecciones nacionales a deportistas que permanecen en activo en ligas de renombre bajo cauces de autogestión.

En estas condiciones, son varios los ejemplos. De cara al V Clásico Mundial de Béisbol y en los propios voleibol y baloncesto resaltan Yasmany Tomás, Fernando Hernández, Raydel Hierrezuelo, Yorman Polás entre otros.

La eliminación de la repatriación de manera casuística, si bien constituye una estrategia positiva, igualmente como medida se ha aprobado tarde en demasía desde la óptica de este cronista.

***

Así se dibuja el panorama del caso Cuba dentro de un fenómeno global que cada día cobra más auge. Las Ligas más prestigiosas de cualquier disciplina devienen vitrinas de talento cada vez más universales. Otro tanto sucede a nivel de armadas nacionales. Jordan Clarkson, Mo Farah, Sifan Hassan, Nikoloz Sherazadishvili, Wesley So, Fabiano Caruana o Leinier Domínguez, Randy Arozarena, Yordan Álvarez, Wilfredo y Melissa, Frank Chamizo, Asley González, Jordan y Andy Díaz, y muchos otros, dan fe de lo descrito en estas líneas.

Deja una respuesta

Harold Iglesias Manresa
Harold Iglesias Manresa
Periodista, perseguidor de historias, y amante de los deportes en cualquier latitud

Más de este autor

Descubre más desde La Joven Cuba

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo